ALAS BLANCAS
El águila de alas blancas se acerca temblando y rebotando en sus plumas azules.
Sobre el miedo brumoso y profundo levanta como un manto la montaña en líquido.
Su vuelo se acaba. Se rasca la espalda con granos de arena y vuelve agotada mientras resbala, igual que un deseo se pierde, como una caricia o una sonrisa se rie.
Sobre su miedo intenso levanta la mirada para reconocerse y choca con su imagen y la rompe, la llena, la forma y se encuentra. A su pequeño nido el aguila de alas blancas agota su agua. Y trae caracolas que crepitan como conchas, como corazas tristes sin corazón, sobre las lágrimas de las rocas, sedimentadas y concretas.
Pero vuelven las alas flotando y sobre sí la história sin final, pues cada hola lleva un adiós y cada despedida... otra ola.
1988 tras un dia de resaca en la Atlántida (en recuerdo de la pequeña playa de la discoteca "La Atlántida" de Sitges)
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