divendres, 6 de febrer del 2015

LA BUENA VIDA

La buena vida es de pan;
de pan crujiente 
y miga airosa,
casa del aire,
mezcla de olor
dulce y ácido,
como una rosa.

La buena vida es de ropa
tendida y puesta a secar
al sol y al aire
de primavera
mezcla de límpio
y verde yerba.

La buena vida es música
brotando por las esquinas
del tiempo y los objetos,
banda sonora de ducha,
acompañamiento en soledad;
aceptación marchosa.

La buena vida es calma, 
la buena vida es río,
la buena vida es buho,
perchado en una rama
pegado al tronco:
dos ojos, dos oidos
y vuelo silencioso;
garras certeras.

La buena vida se ríe
por los descosidos de la vida;
se hace pipí encima,
se parte a partes iguales
para tí y para mí;
no pide permiso,
no pide nada a cambio,
solo su precio.

La buena vida es mosca
que en el aire se enrosca
que molesta, que vuelve
y no se "cosca".

La buena vida salta
como una rana
y se toma la vida a tragos,
a coña marinera,
a trancos y barrancos.

La buena vida huye
del desprecio
a la buena vida,
de los tontos,
de los simples,
de los propietarios de la razón
y de la angústia de perderla.

La buena vida existe
en cada pequeño momento y ser
y se acuerda de lo frágil
de lo suave
y de lo amable.

La buena vida espera...
pero no para siempre;
no sabe qué es el tiempo,
pero si la muerte.

La buena vida es buena
cuando la vive mucha gente,
o no es vida, ni es buena.

La buena vida empieza 
un dia cualquiera,
cuando menos te lo esperas
cuando haces de tu vida,
tu bandera.